martes, 25 de febrero de 2014
La cantante colombiana de rap Farina se desnuda para SoHo de Febrero 2012
La cantante es la portada de la revista SoHo Colombia. Farina Pao Paucar Franco, es actriz y cantante de rap y hip hop, nacida en la ciudad de Medellín (Colombia).
Alcanzó la fama al adjudicarse en el tercer puesto del programa de talentos El Factor X del Canal RCN.
Posterior a su eliminación, Farina participó en las galas interactivas de El Factor X con el fin de lograr el sueño de grabar su primer álbum ganando en la votación del publico con sus canciones Fiesta (canción) y Sexy Fellow. Fue tanto el exito en la musica de Farina y las ganas de ser alguien reconocido se ganó el papel de Milagros Cruz en la novela Tres Milagrosdel Canal RCN.zz
El desnudo de Farina
POR DIEGO GARZÓN, EDITOR DE SOHO
Esta paisa deslumbró al país cuando se presentó en El Factor X en 2005, no solo por su talento sino también por su historia personal, ejemplo de superación. Este mes lanza su nuevo disco y, por primera vez, aceptó posar desnuda para una revista. Fotos y testimonio de una mujer que, contra todas las adversidades, no se cansó de perseguir el sueño de la música.
El desnudo de Farina. Fotografía Pizarro
¿Cuál es su verdadero nombre?
Farina Pao Paucar Franco, programada para ser cantante desde chiquita.
¿Así sale en su cédula?
Sí. Farina es árabe, Pao es chino, Paucar es peruano y Franco es mi apellido colombiano.
¿Y de dónde sale esa mezcla?
Porque mi mamá tiene ascendencia árabe-libanesa; y la mamá de mi papá es peruana casada con chino. Llamarme Farina me atormentó mucho cuando era niña, era como mi maldición porque no me gustaba ese nombre. Mis amiguitos me molestaban hasta llevarme al llanto. Pero mi mamá me decía: “Te vas a acordar de mí porque con ese nombre te harás famosa”.
¿O sea que su mamá fue la que la incentivó a cantar?
Sí, desde que era chiquitica. La familia de mi mamá es de músicos costeños, muchos de ellos fueron compositores vallenatos, y yo crecí entre tambores y folclor. Mi mamá es de Mompox y ella quería ser una cantante famosa. Cuando tenía cinco años se le perdía a mi abuelita para ir a cantarle a la gente del pueblo. Yo desde chiquita sé qué es ver a mi mamá cantar en eventos, vestida de lentejuelas, en fin. Pero nunca cumplió ese sueño. El sueño se lo cumplí yo.
¿Cómo era la situación económica de su familia?
Tuvimos muchas dificultades. Mi familia no es adinerada. Venirse de un pueblo para Medellín lo resume todo. Era empezar desde cero en una ciudad tan grande, y por eso pasamos situaciones duras. Yo tuve mucho amor pero no tuve muchas cosas materiales, no estuve en los mejores colegios, estuve en escuelas del gobierno. Mi mamá me sacaba en coche mientras vendía empanadas y buñuelos. No me da pena decirlo. Mi abuelita vendió de todo en la calle para poder darme un tetero.
¿Y cuando usted fue creciendo le tocó ayudarles en ese rebusque?
Claro que sí. Mi mamá me decía que no había plata y que tocaba ponernos a trabajar. Yo hacía de todo: pinté uñas; hice pedicure; vendí aretas, las ponía en el piso y las ofrecía en la calle; vendí dulces para pagarme mis fotocopias en el colegio, para hacerme el algo.
Muchas personas se suben a los buses a cantar a cambio de unas monedas, ¿usted también lo hizo?
Nunca. Si me toca hacerlo, lo hago. Si mi mamá vendía empanadas, ¿yo por qué no lo podría hacer? Todas esas circunstancias me han hecho mejor y más grande como persona. Esas cosas me pusieron a prueba y me llevaron a medirme hasta dónde puedo llegar por mi sueño.
Menciona lo duro que le ha tocado a su mamá y a su abuela. ¿Y su papá?
Hace muchos años que no sé nada de él. Vive en México, es profesor de artes marciales. Debo ser sincera: yo trato de evitarlo porque cuando uno no crece con algo pues no lo siente. Y no siento que sea mi papá. Hoy tengo 25 años y desde los 16 años no lo veo. Él se aparece a veces. Cuando yo salí en El Factor X llamó a mi mamá desde Estados Unidos y le dijo que se sentía muy orgulloso de mí, que él no sabía que yo cantaba tan bien. Pero mi verdadero papá era un tío que ya falleció hace dos años y que sufrió mucho por su adicción a las drogas.
¿Le tocó ver de cerca la adicción de su tío?
Mi tío fue adicto durante muchísimos años. Desde niña viví ese mundo, ver a mi tío mal, cada vez peor, mi familia sufrió mucho. Cuando crecí, lo vi con la mitad del cuerpo inservible. Él después se rehabilitó, gracias a Dios, y le dijo a mi mamá que quería montar una fundación para ayudar a personas con problemas de drogas. Y la fundación comenzó en mi casa; la cual fue techo para los miembros de la fundación. Eso hace 15 años. Mi tío metía a todo el mundo en la casa. Hoy esa fundación se llama Descubrir. Mi mamá se encarga de ella.
¿Y cómo se sostiene la fundación?
Contratos de la alcaldía y otros apoyos, pero es muy difícil. Es un sueño. Y ahora que yo tengo la posibilidad de ser conocida pienso dar a conocerla.
¿Tiene hermanos?
Tengo un medio hermano. Es hijo de mi mamá y de mi padrastro. Tiene 16 años, también es músico. Por el lado de mi papá tengo tres hermanos pero no los conozco.
¿Y su mamá vive hoy con su padrastro?
No, ya se separaron. Yo no me la llevé bien con él pero le agradezco en cierta medida porque estaba en una posición económica mejor que nosotras. Me sacó de la escuela, me metió a un colegio privado, mi vida fue cambiando poco a poco, pero luego él se fue y el cuento de hadas se acabó de nuevo. Les tocó a mi mamá y a mi hermanito arrancar otra vez de cero.
¿Pero alcanzó a terminar el colegio?
Si terminé, pero no asistí a la ceremonia por indisciplinada.
¿Recuerda cuál fue su primera presentación como cantante?
Eso fue un fiasco, mi mamá me preparó día y noche para cantar cuando yo tenía cinco años. Cuando vi la cantidad de gente, lo único que hice fue llorar y mi mamá me bajó de la tarima y me dijo que la había hecho pasar una pena. Y pasaron muchos años antes de volverme a presentar. Hasta El Factor X sufrí pánico escénico. Quiero que la gente sepa que lo respeto.
Usted dice que creció en medio de familia costeña, de vallenatos, en fin, ¿en qué momento se decidió a cantar reguetón y rap?
Yo siento que el Caribe y el folclor tienen mucho que ver con el género urbano. Pero también empecé a conocer otras culturas, a ver en televisión otros géneros, otras formas de vestirse. Después conocí a dos chocoanos que hacían rap, y ahí se dio todo pues para esa época yo andaba para arriba y para abajo con una guitarra desafinada que ni sabía tocar. Con ellos empecé a rapear.
¿Cómo define el rap?
Libertad. Es decir lo que piensas sin tapujos. El género urbano es libertad.
¿Cómo llegó al Factor X?
Cuando yo estaba en el grupo de rap vimos lo del reality. Buscamos un café internet y vimos todo y decidimos buscar nuestro sueño por aparte: yo quería ser solista. Nos separamos en muy buena onda. Ellos iban delante de mí en la fila, el día de la presentación, y nos deseamos la mejor de las suertes. Ese primer día no pasé la prueba. Ni ellos. Pero al otro día, ellos fueron los que me dijeron que rapeara y eso hice con un voltaje que hoy me da risa…
Y qué pasó después…
Pasé la prueba. Fue muy chistoso porque Frank, el productor de Teleset, quedó sorprendido porque yo era otra diferente a la del primer día. Luego vinieron más y más filtros con Marbelle, Juan Carlos Coronel y Jose Gaviria, quien me apoyó mucho desde el principio. Jose produjo una nueva canción en el disco que voy a lanzar este mes.
¿Cómo se portó Marbelle? Ella, guardadas las proporciones, ha tenido una historia parecida a la suya…
Marbelle se portó súper, le gustaba mi actitud rebelde. Yo creo que mi vida se parece más a la de Shakira. Mi mamá siempre me habló mucho de ella. Siento que muchos aspectos de su vida se parecen a lo que me ha tocado vivir. Ella supo qué es vivir desplantes, que la bajen del escenario. A ella la menospreciaron mucho antes de la fama.
¿Cómo terminó El Factor X?
Ganó Julio; segundo, Enygma; y yo, de tercera. Para mí fue un éxito porque más de cuarenta mil personas querían salir en el programa.
¿Qué pasó después?, ¿cómo cambió su vida?
Pasé de tener 2000 pesos para el algo a tener 15 millones de pesos para la cuota inicial de mi casa. Todo mi trabajo fue para eso. No la he terminado de pagar, pero ahí vamos…
¿Y despegó su carrera? ¿Qué vino después?
No, para nada. Mi cuarto de hora se terminó después del Factor X. Por falta de promoción, por muchas razones. Del 2006 al 2010 estuve en un hueco. Día y noche. No tuve ni una presentación. Nadie me llamaba para nada, un par de cosas mínimas por ahí. Viví de mi mamá. Yo le decía que llevaba tres años sin hacer nada, que ella me seguía manteniendo; pero me decía que siguiera practicando, que la vida me iba a dar otra oportunidad. En esos años me alejé del reguetón y me metí más con el rap, el hip hop.
¿Y en esos años pensó en dejar la música para hacer otras cosas?
Casi me enloquezco, ya me iba a poner a vender ropa. No veía más salidas, pero un día me llamaron para trabajar en la serie Tres Milagros, que es literalmente un milagro. Me llamaron de Teleset para hacer un casting, yo no les creía, yo nunca había actuado y ni siquiera sabía qué significaba un casting. Me pagaron el tiquete, yo no tenía ni un peso, y llegué a hacer una prueba junto a María Fernanda Yepes y Natalia Jerez. Hice varias pruebas y pasé, sentí como si el papel ya fuera para mí.
Milagros Cruz, su personaje en esa serie, era una sicaria que vive en un ambiente muy hostil. ¿Le tocó vivir situaciones similares a las de su personaje?
Muchas cosas son parecidas a las de mi vida. A mí me tocó ver violencia aunque nunca disparé un arma. Sí tuve momentos fuertes como tener a uno de mis mejores amigos muriéndose en mis brazos después de que le dispararon. Muchos de mis amigos fueron asesinados, muchos sucumbieron en el vicio, otros se desaparecieron.
¿Y usted alguna vez estuvo en riesgo por estar cerca de una de estas situaciones?
Jamás, a pesar de haber crecido en un ambiente muy caliente.
¿Qué le dice la gente del barrio en el que creció cuando la ven por la calle?
Ellos están acostumbrados a verme. Rara vez me piden un autógrafo. A veces me piden que me tome fotos con ellos pero yo me siento mal. “Yo soy de acá —les digo—, ¿para qué quieren una foto conmigo?”.
¿Cuándo lanza su nuevo disco?
La primera semana de febrero. Se llama Del odio al amor y habla de todo. Tengo canciones en las que hablo de estos años tan duros; hasta de cómo me gusta el sexo. Las letras han salido de mis experiencias, de mi vida; soy una mujer que ha besado sapos a la espera de un príncipe azul que no existe.
¿Pero si no existe el príncipe azul, entonces a qué hombre le gustaría conocer?
No me gustan los hombres tan bonitos. Quiero que sea detallista, que sea muy buen amante porque yo pienso que el sexo es el 80% de la relación. En mi nuevo sencillo, Soñar no cuesta nada, hablo de eso, pido todo lo que las mujeres queremos, y la que diga que no es una mentirosa: queremos un hombre que nos ayude, un hombre que nos pague las cuentas y que sea bueno en la cama.
¿Qué es ser bueno en la cama?
Es relativo. Todos los hombres son diferentes. No lo tiene que tener tan grande. Es más como se mueve, como me trata y lo que inspira en mí.
¿Tiene novio?
Terminé en noviembre, llevaba dos años. Estoy conociendo personas, vamos a ver qué cae por ahí. Ya a mis 25 años no quiero un bobo que esté conmigo solo por la farándula. Quiero alguien que me brinde estabilidad, que sea mi compañero, que me ayude a tomar decisiones.
¿Cómo se sintió en esta sesión de fotos?
Al principio tenía una poco de pena. No me pareció para nada difícil. Tomé la decisión porque la gente todavía me recuerda como esa niña del Factor X, pero ahora soy una mujer.
Para terminar, ¿qué es lo mejor y lo peor de la fama?
La fama pasa muy rápido, no hay que creerse el cuento. Lo bueno es que la fama me puede traer plata. Si es así, bienvenida. Quisiera darle todo a mi hermanito y, obviamente, a mi mamá. Gracias a ella he sido todo lo que soy y por ella seguiré adelante, siempre lucharé por ese sueño, que es también su
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